lunes, 2 de marzo de 2009


Mi corazazón paró al aparecerte
tatalmente desarmado me sentí,
tu hermosura se postro ante mí
en el clímax de su apogeo.
Venus del cielo aterrizada,
princesa de la dulce pena
me tocas el alma con tu mirada
y de tu belleza me haces prisonero.
Cuando de mi vista desapareces
no vivo, no muero
no como, no quiero
mi alma muere poco a poco.
Tus ojos, dos zafiros
tus cabellos, oro líquido
tu piel sedosa, nieve virgen.
y tu roja boca, carmesí.
Mis palabras se desintegran,
hablarte no puedo,
mi alma me lo implora
pero mi cuerpo me lo impide.
Cuantas cosas te quisiera decir
en intérbalos tan cortos
lo que al alma del desdichado haces sentir
no se explica con palabras.
Con una mirada siento
que el cielo puedo tocar
con las palmas de las manos
y notar el frio que mana de las estrellas
relucientes, iluminadas, pero frías.
¡Oh, dichosa de la esclaba libertad!
cadena de oro aferrada a mis piés
tan bella es
que liberarme quiero no.
Cárcel de amor doloroso
sufro gran tormento,
mas mi honor queda destruido
hombre no soy ni puedo,
ante ti solo un alma enamorada.
(ante ti mi noche estrellada me muestro bajo la luz de la luna)

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